En tal sentido los declarantes se preguntaron: “¿Puede alguien amenazar al voleo a quien le parezca sin que las autoridades actúen?, cuando ganó Ramírez no se llevó consigo la plaza, la iglesia, la virgen, el padre, ni adquirió la potestad de decidir quien entra o no a Charallave.
Consideraron además como “una falta de respeto que el alcalde Ramírez politizara el acto solemne, catalogara a Sta. Rosa de Lima como revolucionaria y se escuchará el himno del PSUV delante de su imagen”.
Así mismo rechazaron la actuación del alcalde Ramírez cuando en horas de la madrugada se subió al escenario en un "visible estado de embriaguez" y dirigiendose al público de forma obscena tuvo que ser bajado de la tarima, ante la actuación de sus funcionarios de gobierno.
"Hasta los mismos simpatizantes del gobierno rechazan estos actos, los primeros que incitan al odio y a la división, y los segundos que denigran la dignidad del pueblo charallavense", -dijeron Vegas y Montero.
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